viernes, 26 de abril de 2013

Esta mañana, al llegar a la Complutense

Este era el panorama con el que uno se encontraba en el Campus de Ciencias de la UCM:
 En la foto de arriba se ve el camión del servicio especial de limpieza que se tuvo que enviar.
 Los trabajadores habían amontonado ya los desperdicios.
 Todo estaba rodeado de los restos de la fiesta del jueves.
 No era el único haciendo fotos. Otra gente que pasaba se quedaba también boquiabierta. Un desconocido me pidió que se las mandase.
Habitualmente me encuentro este espectáculo el viernes por la mañana, en el camino a la Universidad, cerca de Moncloa. Pero el buen tiempo hace que, como otros años, entre de lleno en el Campus. Un trabajador me dijo que parece ser que habían sido principalmente estudiantes de Arquitectura.

domingo, 10 de febrero de 2013

Bankia: nueva publicidad

Esta foto ha sido vista en una valla publicitaria. Le faltaba un texto.



  • Contribuimos como nadie al crecimiento de la burbuja inmobiliaria, hasta finalmente solicitar el mayor rescate financiero de la historia de España: 19.000 millones de euros de dinero público.
  •  Somos implacables echando a la gente de sus casas.
  • Pusimos nuestra red de oficinas al servicio de la distribución de preferentes, con lo que muchos incautos perdieron sus ahorros
  • Estafamos especialmente a los ancianos, que confiaban ciegamente en la información falsa que les daba su sucursal. 
  • Otros se arruinaron con nuestra salida a bolsa, en la que prometíamos hacerse bankeros desde 1.000€. 
  • Prácticamente suprimimos toda la obra social, cerrando 35 de las 39 bibliotecas que teníamos y 19 hogares de ancianos. 
Conoces nuestros principios. Tú también andarás descalzo.

miércoles, 6 de febrero de 2013

30 años no son nada


 La bola de cristal ha funcionado en esta ocasión. Hace cuatro días dijimos en este blog que la hipótesis más probable era que la retirada de Esperanza Aguirre de la vida política iría seguida de una vuelta fulgurante con promesa de renovación. Pues bien, parece que vamos por ese camino porque hoy Esperanza se postula, diciendo que
"Estamos ante una oportunidad para la regeneración democrática que se tenía que haber hecho antes y pueden contar conmigo para hacerlo."
Dice también que no piensa volver a la primera línea de la política. Dada la enorme capacidad de los políticos para torturarse a sí mismos haciendo lo contrario de lo que dicen que piensan, me temo que las circunstancias van a obligarla. Por responsabilidad.


 Como la carrera política de Esperanza Aguirre comenzó en 1983, como concejala en el Ayuntamiento de Madrid, esto supone que lleva solamente 30 años en política.
A lo largo de estos años hubiese podido tener tiempo de regenerar la democracia al menos en la Comunidad de Madrid, de la que ha sido 9 años de presidenta. Tampoco hubiese estado de más haberse encargado de la regeneración del Senado, que presidió durante 3 años. También hubiese sido bonito observar un Ministerio de Educación regenerado durante los otros 3 años en los que fue Ministra de Educación.

Supongo que lo intentó y no pudo. Seguramente le habrá faltado tiempo o puestos de responsabilidad suficiente para llevar a cabo la tan deseada promesa de la regeneración democrática. Pero ciertamente ahora sí, confiando todos en ella sabemos que inmediatamente hará lo que en los últimos 30 años no ha hecho.

domingo, 3 de febrero de 2013

La maravillosa eficiencia del sistema capitalista

Se publica hoy que las constructoras de la lista de Bárcenas tenían del orden de 6.600 millones de euros en obra pública en los años de las donaciones. Por ejemplo, FCC tenía 3.000 millones de euros en obra pública en el año 2008 y constan dos pagos al PP que ascienden a 165.000 euros.

Vamos a ver, si calculamos el porcentaje que FCC se gastaba en corromper al partido que gobernaba, resultaba que tenía que pagar poco más de medio euro por cada 10.000 euros de negocio que se le proporcionaban. ¿No es una maravilla de eficiencia? Es estupendo ver cómo las reglas de maximización del beneficio capitalista funcionan tan bien.

Si puedes gastarte 0.55 euros por cada 10.000, ¿para qué dar más? Recuerdan un poco estos políticos a los productores de patatas o de leche, explotados por las grandes distribuidoras hasta la asfixia económica. Desde luego, hay una diferencia importante: un agricultor que produce patatas merece todo mi respeto, produce algo positivo para la sociedad y cuando muera, podrá decir que miles de personas que nunca él conoció llenaron sus estómagos con sus patatas.

Sería curioso escuchar conversaciones privadas, de ministro a ministro, que podrían ser como esta:
- ¿sabes a cuánto han pagado al partido este año la corrupción? ¡A 0.55 euros por 10.000!
- ¡No sé a dónde vamos a llegar! ¡Pero si el año pasado la pagaban a 0.70!
- Es que dicen que también tienen que untar a comunidades y ayuntamientos. Es lo que hay, macho, o lo tomas o lo dejas...
Según las cuentas, Rajoy se ha llevado 25.200 euros al año. Podemos decir, en favor de nuestros políticos,  que nos han vendido tan barato que sus miserias no han producido casi ninguna fricción en la eficiente economía de libre mercado.

El capitalismo devorador

El principio fundamental del capitalismo es la obtención del máximo beneficio individual. Se espera que este principio produzca, como consecuencia, la obtención del máximo beneficio colectivo. Por ejemplo, una empresa que vende teléfonos móviles se verá obligada a mejorar constantemente la tecnología que ofrece y a bajar sus precios tanto como pueda para poder competir. Al final, los beneficiados son los consumidores tanto como la propia empresa. Todos ganamos.

Lamentablemente, este mecanismo no funciona en muchas ocasiones. Hay muchos procedimientos para obtener el máximo beneficio que no pasan por competir en beneficio de los consumidores. Uno de ellos es, simplemente, comprar a los políticos que se supone que deben dictar las reglas que evitan abusos intolerables.

Naturalmente, es posible no solo comprar a los políticos. Se puede comprar también a los medios de comunicación, de forma que consigas además que en las mentes de los ciudadanos crezcan las ideas que te benefician  y, sobre todo, no aparezcan las ideas que te perjudican.

Se pueden comprar países enteros. Mediante el mecanismo del endeudamiento de las naciones a los mercados financieros (puesto en marcha, naturalmente, por políticos a su vez comprados), cualquier desvío del camino ortodoxo se castiga mediante un encarecimiento de la deuda. Llegado el caso, también se puede por este procedimiento despedazar a un país débil para repartirse los despojos.

Se compra el sistema financiero mismo, arrebatando a los ciudadanos la capacidad de controlar los bancos centrales y se deja en manos de los bancos privados, en su práctica totalidad, la creación del dinero. Creación que se dirige no hacia el beneficio social, sino hacia el máximo beneficio privado. No importa que por el camino destruyas el planeta, porque uno de los principios asumidos por el capitalismo es que se desea obtener el máximo beneficio HOY. El futuro, que arree con las consecuencias.

Con el control del sistema político no es difícil controlar el sistema judicial: haciendo que los miembros del tribunal supremo y constitucional sean elegidos por los políticos comprados, te aseguras de que tus asuntos legales caerán siempre en buenas manos. El consejo general del poder judicial está para enderezar a los jueces que se salgan del camino marcado y el indulto, centenares de indultos al año, están para dejar una última puerta de escape a los amigos.

Pero o peor de todo es el haber comprado nuestras mentes. La propaganda permanente a través de los medios de comunicación y la publicidad acaban haciendo que los principios capitalistas hayan sido completamente absorbidos hasta nuestro tuétano. Convencidos de que vivimos en una sociedad depredadora, de que la felicidad se encuentra en disfrutar de nuevos y caros objetos, renunciamos a una parte esencial de nuestra humanidad: la capacidad de cuidar, servir y ocuparnos de los otros. De disfrutar haciendo bien nuestro trabajo (si lo tenemos), de sabernos útiles.

Hayamos tenido éxito o fracaso, el sistema capitalista nos hace morir huecos y fundamentalmente solos.

sábado, 2 de febrero de 2013

Consenso en los medios

El ABC, La Razón, El País, La Gaceta se han puesto de acuerdo para cargar contra el gobierno del PP. Sería estupendo pensar que el periodismo por fin ha reaccionado, la ética y el interés de los ciudadanos ha pasado al primer plano y nos encontramos ante una operación de limpieza democrática que hacía falta desde hace mucho.

Pero como los amos de los medios siguen siendo los de siempre, hay que preguntarse: ¿por qué? Parece que se quieren cargar a Mariano Rajoy con información que, desde hace mucho tiempo, seguramente se podría haber utilizado. Eso es lo que tiene ser un esclavo al servicio de los poderosos: estás pringado hasta las orejas y en el momento en que el amo lo desee, puede darte la patada.

¿Es que Mariano no les ha servido bien? ¿Se ha negado con demasiada tozudez a pedir el préstamo? ¿No ha recortado suficientemente?

Tal vez suceda que la inmensa caída de popularidad del PP por una lado (¿pasará a llamarse PiP, Partido imPopular?) y el batacazo del PSOE, que viene de más atrás, haga temer que otras fuerzas políticas puedan saltarse las barreras impuestas por las leyes electorales y el control de los media. ¿Qué pasaría si un partido que de verdad mirase por los intereses de los ciudadanos tomase el poder? O, peor aún, ¿qué pasaría si los movimientos populares se hiciesen realmente incontrolables, por muchos ojos que revienten los antidisturbios?

Esperanza Aguirre, que no aparece en los papeles de Bárcenas, reculó astutamente hace un tiempo. Nadie entendía sus 'razones personales' que ahora pasan a estar muy claras: la hipótesis más probable en mis humildes entendederas es que ella pase a liderar un PP renovado que les aguante al menos otra década.

La segunda hipótesis más probable es que nos pase como a Grecia e Italia: que nos impongan a un alto cargo de Goldman Sachs o similar. Esta hipótesis no es completamente incompatible con nuestra querida Esperanza: una es la renovación ética, limpia como una patena, asesorada por la pericia técnica de un gran banco. Podremos por fin, seguir durmiendo tranquilos. Y cuando todo haya pasado, ya encontraremos algo para colocar a Mariano.

sábado, 19 de enero de 2013

Hacia la dictadura

Hemos llegado a un consenso: parece que todos los españoles estemos de acuerdo en que el origen de nuestros problemas son los políticos.

Se oye en la calle, en los bares, por todas partes. Los medios de comunicación bombardean continuamente con noticias de políticos corruptos, escándalo tras escándalo.

No les falta razón. El comportamiento de muchos de nuestros políticos demuestra que no están precisamente al servicio de los ciudadanos. No podemos estar orgullosos de aquellos que hemos elegido.

Pero resulta extraño tal consenso en nuestros medios de comunicación, tan cargados de intereses. ¿Por qué  este súbito acuerdo en denunciar el que, ciertamente, es un gravísimo problema?

La respuesta, como de costumbre, hay que buscarla en aquello de lo que no se habla. Si se está ofreciendo al pueblo el sacrificio de lo poco que pueda quedar de buena imagen de los políticos, hay seguramente algo mucho más grave que no se quiere enfocar.

Y de lo que no ser habla, nada o casi nada, es del origen financiero de esta crisis del sistema capitalista. Desde Lehman-Brothers, pasando por Bankia o Banesto, las cajas alemanas o la City de Londres, los grandes culpables de la crisis están consiguiendo desviar la atención hacia sus títeres, tontos útiles a los que después nombrarán consejeros en pago de su vergonzoso servilismo.

Esto no es casualidad. Los medios de comunicación son un oligopolio que en buena medida es propiedad de instituciones financieras.  Escaso margen queda, si alguno, para el periodismo libre, honesto e informativo que necesitamos los ciudadanos.

Estando ciegos ante el verdadero problema, dirigiremos nuestra ira hacia el palo, sin percatarnos de la mano del amo que hay detrás. Y el desprecio por la política irá abriendo camino a una dictadura fascista que será muy del agrado de los bancos y terrible para los ciudadanos. Lamentablemente, no es la primera vez que algo así ha ocurrido.